una combinación inusual pero interesante. El expresidente estadounidense ha demostrado en numerosas ocasiones su amor por la comida estadounidense, y la pizza no es una excepción.
Uno de los episodios más famosos relacionados con Trump y la pizza se remonta a un comercial de 1995 de la cadena Pizza Hut, en el que apareció junto a su exesposa Ivana Trump. El comercial promocionaba la “Stuffed Crust Pizza”, una pizza con una masa rellena de queso, y mostraba a los ex cónyuges comiéndola desde la masa, una elección de marketing audaz y memorable.
Incluso durante su presidencia, a Trump se le ha visto disfrutando de la pizza varias veces, aunque con algunas peculiaridades. Por ejemplo, en varias ocasiones ha mostrado preferencia por comerlo con cuchillo y tenedor, una elección inusual para un alimento a menudo asociado al consumo informal con las manos.
Además, a diferencia de muchos estadounidenses que disfrutan de una pizza cargada de ingredientes, Trump parece preferir versiones más simples, con ingredientes como pepperoni o queso. Sin embargo, su relación con la comida en general siempre ha despertado curiosidad, especialmente su preferencia por la comida rápida, que considera “más segura” que los platos elaborados en la cocina por chefs desconocidos.
En política, la pizza también se ha utilizado como herramienta de comunicación. Durante su campaña, Trump pidió repetidamente pizzas para su personal y seguidores, reforzando su imagen de hombre cercano a la gente común. En una ocasión, se le vio disfrutando de una pizza con Sarah Palin, una aliada política, reforzando el mensaje de conexión con el pueblo estadounidense.
En última instancia, si bien Trump no es conocido por ser un conocedor de pizza en el sentido tradicional, su conexión con este plato icónico es parte de su personalidad mediática, que incluye marketing, elecciones personales y estrategias políticas.